La gallina pone el huevo. Yo escribo mis héktoriadas.
Poemas, microrrelatos, cuentos cortos, elucubraciones, obviedades, micro ensayos, frases y aforismos en general.
Héctor Luis Rivero López es un
microrrelatista de pensar libre, humanista- estoico, minimalista; vive simple y decentemente sin expectativas a premios, castigos ni personas. SIN regateos, discusiones, dogmas,creencias, etiquetas, juzgados, quejas, tradiciones, ismos...
sábado, 15 de agosto de 2020
viernes, 14 de agosto de 2020
HE APRENDIDO
Lo Héctor Rivero
He aprendido a desaprender todas las mentiras que me enseñaron y que debo ser objetivista, ver el lado positivo y creer en mí; que soy libre mientras desconozca el tamaño de la prisión. He aprendido que todos los monstruos son de causa humana, y no siento miedo, al contrario, compasión. He aprendido a respetar el misterio y a vivir con las preguntas; a reirme de mi mismo, pues sin humor no hay amor, y que la única necesidad que tenemos es la de amar. He aprendido que mi conciencia es sagrada y que no existen los días, solamente un momento presente. He aprendido que aunque la realidad sea múltiple y engañosa, está en mi cerebro saber discernir, ya qué todo es mente y no circunstancia. He aprendido que todo ocurrre por causa y efecto, y que todo se convierte en fugacidad y banalidad: las personas dejan de existir y las cosas se desaparecen, así de fácil. He aprendido que lo importante es invisible, y no necesariamente me lo enseñó un principito. He aprendido a depender de la razón y el sentido común, a tener mucha fe en mí y en la humanidad. He aprendido a agradecer toda tarea y aceptarla con resignación. A darle vida a lo absurdo. A dejar fluir. A amar lo que me pasa. He aprendido que para aliviar el dolor hay que sentirlo pues lo que se resiste persiste y que la depresión duele, es la verdadera muerte y espanta amigos. Y por ultimo, he aprendido a no aferrarme a nada ni a nadie y a no tener expectativas. He aprendido a que ninguna creencia o ismo me controle, ningún miedo me límite y ningún pensamiento me ate; a ser yo mismo y a respetar la unicidad del otro, pues cada ser tiene su propio pensar, y cada cual tiene su propio camino, su verdad y su vida. Nuestra única y verdadera divinidad es simplemente nuestra humanidad. Todo lo que he aprendido me lo ha enseñado la instuición, la experiencia, la razón, el sentido común, la ciencia y el sufrimiento. He aprendido a vivir sin creencias, sin paises, sin religiones, sin dioses imaginarios y a vivir solo en silencio. Nada me define, nada me sujeta. Solo la libertad es mi substancia.