Héctor Rivero
Un
extraño virus atacó a la humanidad y como resultado todas las mujeres
embarazadas daban a luz solamente niñas. Mientras los científicos trataban de
lograr un esperma sintético, usando células madres embrionarias, con el paso
del tiempo los hombres fueron disminuyendo. Cuando el planeta entero quedó a
disposición de las féminas, y pasó a llamarse el planeta de las nueve lunas,
las mujeres desarrollaron ojazos de infarto, labios carnosos, clítoris enormes,
melenas estupendas, cuerpos atléticos y bronceados. Sin los hombres, disminuyó
la contaminación y como consecuencia se acabaron las guerras, pero también la
música y el cine. Todo eso perdió sentido. Nada de rezos. Cero cosméticos. No
había canciones de amor. Entre ellas aumentaron los besos franceses y el sexo
oral; se conjuró una fantasía misantrópica, un mundo más pacífico y más lascivo
que en ningún otro momento en la historia. Fue entonces cuando las mujeres se
fijaron con mucha atención en los chimpancés y gorilas machos...
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