Puerta azul
Tras de la puerta, tranquila y callada,
suspira mi hermana la muerte; espero.
Por ella respiro, y por eso quiero
que se acueste, a mi lado acurrucada.
Y calle mis silencios de almohada
que el tiempo llenó de tristes recuerdos;
camino amarillo lleno de cuervos
en la celestial rueda desolada.
Tal vez mañana el roble más florido
me dirá: tú eres la muerte, tú mismo
envuelto en flores y paños de tul.
Entonces cruzaré el jardín dormido
de lirios y azucenas en mutismo,
me iré sonriendo por la puerta azul.
HÉCTOR LUIS RIVERO
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